A pesar de lo extendida que está la creencia, los fisioterapeutas no nos dedicamos exclusivamente a dar masajes. De hecho, los fisioterapeutas trabajamos con y para el movimiento. Máxime cuando se pone en nuestras manos una persona con alguna afección neurológica que, con frecuencia, acaba padeciendo secuelas motoras de forma primaria o secundaria. Pero no sólo nos quedamos en el estudio de la disfunción del movimiento analíticamente hablando, sino que trabajamos realizando un análisis global implicando tanto al sistema musculoesquelético como al sistema nervioso en su totalidad. Es decir, nos formamos en el funcionamiento del sistema motor, así como en el resto de componentes neurológicos que pueden afectar al movimiento. De esta manera, por verlo de forma práctica, cuando se nos presenta un caso, por ejemplo, de una persona con un ictus, además de observar motóricamente la expresión de la lesión, tendremos que ser capaces de identificar si otras funciones están alteradas y en qué medida afectan al movimiento, como cuando ese ictus provoca una apraxia o un déficit sensorial.
Gracias al trabajo continuado con otras disciplinas, la utilidad y eficacia de la neurofisioterapia está cada vez más reconocida. Así mismo, en el ámbito científico, ha experimentado avances en los últimos años, llegando a posicionar a una de las revistas más influyentes, la Journal of Neurological Physical Therapy, en el TOP 5 de las publicaciones sobre rehabilitación. Hemos sabido incorporar mucho conocimiento científico básico que podría atribuirse a otras disciplinas para comprender mejor el movimiento y su neurofisiología con el fin de adecuar nuestros modelos de trabajo a la búsqueda de la recuperación de la funcionalidad.
Porque los neurofisioterapeutas queremos que nuestros pacientes se muevan y que lo hagan de forma funcional. Y queremos que ganen autonomía. Pero no debemos hacerlo solos. Tendremos que compartir objetivos con los propios pacientes y con otros profesionales: médicos, terapeutas ocupacionales, logopedas, neuropsicólogos… La complejidad del sistema nervioso lo requiere.
Sin embargo, la falta de reconocimiento oficial de las especialidades en fisioterapia y la pobre apuesta hacia nuestra profesión por los entes públicos y gestores de salud, repercuten negativamente en la visibilidad y utilidad de nuestra labor. Labor demostrada como eficaz y como preventiva de mayores niveles de discapacidad en la población.
Nosotros seguiremos trabajando desde la clínica y desde la ciencia para proporcionar calidad de vida a nuestros pacientes, pero tenemos que hacerlo de la mano del resto de agentes implicados.